Descripción General
El abdomen y el torax pueden ser lesionados en muchos tipos de traumatismos; la lesión puede limitarse o estar acompañada de graves traumas, multisistémicos. La naturaleza y la gravedad de las lesiones varían ampliamente dependiendo del mecanismo y las fuerzas involucradas, por lo tanto, las generalizaciones sobre la mortalidad y la necesidad de una reparación quirúrgica tienden a ser engañosas.
Síntomas
El dolor es un síntoma capital en la evolución del traumatismo. La semiología del dolor debe ser analizado en todos sus aspectos durante un tiempo de 24 horas iniciales. La localización, el tipo, forma de inicio, la irradiación, relación con los movimientos de la respiración intensidad, variaciones en el tiempo, etc. Es un síntoma de los más importantes para el diagnóstico, de ahí la necesidad de su estudio exhaustivo.
Causas
La alta incidencia de estos traumas es favorecida por los accidentes en el tránsito, de aviación, los deportes en sus diferentes modalidades, hasta accidentes en casa.
El abdomen y el torax pueden ser traumatizados en forma específica, o pueden ser traumatizados en forma concomitante; es decir, ser parte de un politraumatismo. En estos casos, se tendrán que establecer prioridades para su manejo.
Complicaciones
Las consecuencias tardías de lesión abdominal y de torax incluyen:
Los hematomas típicamente se resuelven espontáneamente durante varios días a meses, dependiendo del tamaño y la ubicación. Los hematomas esplénicos y, con menor frecuencia, los hematomas hepáticos pueden romperse, por lo general en los primeros días después de la lesión (aunque a veces hasta meses más tarde), en ocasiones causando hemorragia tardía significativa.
El absceso intraabdominal típicamente es el resultado de una perforación de una víscera hueca no detectada pero puede ser una complicación de la laparotomía.
La obstrucción intestinal rara vez se desarrolla semanas o años después de lesiones debido a un hematoma de la pared intestinal o adherencias causadas por desgarro intestinal.
Las fugas biliares y/o el biloma son una rara complicación de la lesión hepática e, incluso con menor frecuencia, de la lesión de la vía biliar. La bilis se excreta de la superficie en bruto de un daño hepático o de un conducto biliar lesionado.
